Sólo falta que tú decidas, qué mundo quieres. El cambio comienza en uno.

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El Bag-in-Box® nació allá por los años 50 en Estados Unidos. William R. Scholle fue el primero que lo dio a conocer, en el año 1955. En un principio, no estaba destinado a contener productos alimentarios, sin embargo, se dieron cuenta de las ventajas que aportaba para envasar algunos productos líquidos, como era el caso de la leche. A los americanos no se les ocurrió utilizarlo para envasar vino, pero sí a los australianos, que comenzaron a utilizarlo en el sector vinícola en los años 60.

La marca Australiana de vino Angove's y un empleado sirviendo vino en 1965.

En Francia, país donde este formato goza de un enorme éxito, empiezan a envasar los primeros vinos en Bag-in-Box® a principios de la década de los 80. Al igual que ocurrió en España y varios países, durante los primeros años los consumidores no estaban muy convencidos con este embalaje y lo asociaban con vinos de peor calidad que los envasados en botella de vidrio. Y así fue hasta la década de los 2000, cuando algunos de los grandes elaboradores de vino de calidad comenzaron a apostar por este formato. 

El envase Bag-in-Box® actual, nació como respuesta a la necesidad de encontrar un envase económico para la exportación y de aceptables garantías de calidad. Su primer cliente en 1986 fue el poderoso monstruo de los refrescos Coca-Cola, para el que se crearon los primeros Bag-in Box® que contenían Coca-Cola concentrada. Así, mezclada con agua y gasificada, se permitía una cómoda dispensación del producto en los lugares de ocio. 

Sesenta años después de su primera aparición.

Casi 60 años después de su invención, el uso de los envases Bag-in-Box® se fue extendiendo en todo el mundo, principalmente para la dispensación de vino. Aunque ya hace un tiempo que han conquistado el mercado vinícola australiano, los primeros países europeos que se empezaron a interesar por este tipo de envase fueron los de Europa del Norte: Suecia, Dinamarca, Noruega, seguidos de otros como Suiza, Austria, Bélgica, Reino Unido, Italia y Francia. Éste envase también tiene presencia en América y Sudáfrica. No existen estadísticas que recojan el volumen global de Bag-in-Box® ya que se considera mercado a granel y su cuantificación se solapa con el producto que se comercializa en bidones o cubas.

Quizás lo más llamativo es cómo el Bag-in-Box® ha progresado en un mercado tradicional como el francés, el primer productor mundial de vino. La experta en economía del vino, Françoise Brugière, presentó un interesante trabajo en que expuso como despegó desde el inicio el bag in box en Francia y la opinión de los consumidores franceses sobre este producto. Mientras que en al año 1998 apenas se envasaba vino en este formato, en el año 2006 ya suponía un 15% del volumen y un 27% en 2010. 

El Bag-in-Box® (presente en tres formatos, de 3, 5 y 10 litros) alcanzó en 2015 un 38% del volumen de vino y su cuota sigue al alza. Está muy presente en la gran distribución (el 99% de los puntos de venta ofrecen Bag-in-Box®) con casi el 40% de las ventas y una cifra de negocio de mil millones de euros.

¿Qué es el formato Bag-In-Box y qué ventajas aporte?

El Bag-in-Box® (literalmente, “bolsa en caja”) es un formato de envasado para líquidos que consta de tres elementos:

  • Una caja de cartón.
  • Una bolsa estanca.
  • Un dispositivo dosificador, en forma de grifo.

En definitiva, se trata de una bolsa cerrada, dotada de una válvula para su dosificación e introducida en una caja de cartón.

Bag-In-Box favorece la economía circular.

El Bag-in-Box® es un envase respetuoso con el medioambiente durante todo el ciclo de vida ya que es capaz de reducir considerablemente la huella de carbono de su envase y de la cadena logística en general, favoreciendo una economía circular.

Según un estudio desarrollado por Nordic Report, la huella de carbono de este envase es hasta ocho veces menor en comparación con una botella convencional. Lo que lo convierte en una alternativa óptima en materia de sostenibilidad, comparada con otros envases convencionales.

La empresa Smurffit Kappa describe al Bag-in-Box® como un embalaje de calidad, medioambientalmente más sostenible que otras opciones; que conserva las propiedades del producto durante un largo periodo de tiempo una vez abierto hasta su completo consumo. Defienden que es un envase seguro, versátil, cómodo, práctico y por si no fuera suficiente, también permite ahorros considerables en los costes de envasado y distribución. 

Características que hacen al Bag-in-Box una de las mejores opciones sostenibles del mercado mundial.

El Bag-in-Box® es un envase ligero, resistente, higiénico, ecológico, económico y fácil de almacenar, presentado en múltiples formatos y es idóneo para el envasado, el transporte, el almacenamiento y la conservación de la gran mayoría de productos líquidos.

Aumento de la vida útil del producto 

El envasado en Bag-in-Box® (BIB) permite optimizar la vida útil del producto, minimizando la variación de las propiedades del producto durante su consumo. El formato de Bag-in-Box® permite garantizar una prolongación media de la vida útil del producto de 6 a 8 semanas una vez abierto, sin riesgo de que las propiedades del líquido se alteren sensiblemente, por eso el consumidor particular lo prefiere en aquellos casos en los que el consumo es habitual e incluso ocasional. 

En el caso de la industria hostelera, como el producto queda protegido de la oxidación, se conecta fácilmente a los sistemas de dispensación, y se asegura al cliente la calidad del producto ya que esta tipología de envase no es rellenable. 

Uso sencillo: transporte, almacenamiento y utilización. 

Sus características lo hacen perfecto para almacenar en las tiendas, su colocación y reposición en los estantes es fácil y rápida y no se rompe. Además, es una plataforma perfecta para transmitir marca y atraer clientes. 

Al ser fácil de almacenar, transportar y abrir resulta perfecto para un consumo en entornos caseros, abiertos, en el campo, etc. Para la industria hostelera y restauración colectiva se conecta fácilmente mediante adaptadores a los sistemas de dispensación, incluidos las máquinas refrigeradoras. 

Cambios producidos en la concienciación de la preservación del medio ambiente. 

Cada día la mayor parte de la sociedad está más concienciada de la necesidad de preservar el medio ambiente. Esto provoca una cierta preferencia a aquellos productos que garanticen una mayor sostenibilidad. 

El Bag-in-Box® es una solución de embalaje respetuosa con el medio ambiente que presenta una reducida huella de carbono, inferior a la de otras alternativas de plástico o vidrio. Estudios de impacto medioambiental y ciclo de vida de las soluciones de embalaje concluyen con un excelente posicionamiento medioambiental del Bag-in-Box® gracias a que está fabricado con materiales reciclables. 

El bajo impacto ambiental de este embalaje se debe principalmente a su composición. Actualmente, es un envase formado por una bolsa de polietileno transparente de baja densidad, con tapón hermético de polietileno blanco, en una caja de cartón con troquel para su apertura. 

Un estudio de impacto medioambiental y ciclo de vida de las soluciones de embalaje de vino, realizados a finales de 2010 en los países nórdicos siguiendo la metodología ISO 14044 para cuantificar el impacto ambiental de un producto a lo largo de su vida, hecho por la empresa Bio Intelligence por encargo de los organismos que controlan la venta de productos alcohólicos en Suecia y Noruega, Systembolaget y Vinmonopolet, tomando como parámetros el potencial calentamiento global, la degradación abiótica, la acidificación del aire y el consumo de agua y energía, concluyen con un excelente posicionamiento medioambiental del Bag-in- Box®. El informe parte del análisis de cuatro envases distintos: botellas PET, botellas de vidrio, envases de cartón y Bag-in-Box® en distintos formatos, y presenta el impacto de cada envase en los factores anteriormente citados, siendo una de sus conclusiones que un envase BIB de 3 litros de capacidad tiene una huella de carbono 5 veces menor que una botella de cristal de 75 cl. Una presentación del informe completo está disponible (enero 2017) en la página de Performance BIB.

 Impacto medioambiental según el tipo de envasado.(Glass: vidrio, BIB, SuP: Bolsa tipo Touch-pad, PET: plástico, Beverage carton: caja tipo Tetra Brick) Fuente: www.b-i-b.com (enero2017)

El bajo impacto ambiental de este embalaje se debe principalmente a su composición. Un Bag-in- Box® de 3 litros pesa 179 gramos de los que 144 gramos (80% del envase) son cartón, un material natural, reciclado y reciclable, y 35 gramos (20% del envase) es plástico, la bolsa y el tapón. 

Económico.
La tipología de envase Bag-in-Box® permite ahorros considerables en los costes de envasado y distribución. Por lo tanto, se abaratan los costes de producción y, en consecuencia, los del producto final. 

Estética.
Una de las principales desventajas que tiene este producto es el packaging que es muy sencillo. Usar materiales como la caja de cartón ondulado hace que los consumidores lo asocien con el tetrabrik, y a su vez éste les recuerde a un producto de bajo precio y por tanto de baja calidad. 

Debilidad.
Estética asociada al tetrabrik, ésta causa una percepción de producto de mala calidad. 

Amenaza.
Muchos lobbies empresariales están en contra de utilizar este tipo de envasado. 

Fortaleza.
Menor volumen necesario para el almacenamiento y transporte. 
Económico. 
Huella de carbono favorable frente a otros envases. 
Envase idóneo para la dispensación ocasional/diaria del producto, sin necesidad de consumir todo el contenido del envase para evitar la pérdida de calidad. 

Oportunidad.
Tendencia del mercado hacia los productos con menor impacto medioambiental para acreditar las certificaciones de sostenibilidad. 
Las nuevas generaciones se muestran más receptivas a las novedades tecnológicas y las aceptan con mayor facilidad.

CONCLUSIONES 

  • Hay evidencias científicas de que el envase Bag-in-Box® conserva mejor que otros envases la calidad de los alimentos.
  • La presencia del envasado Bag-in-Box® en el mercado actual sigue una tendencia creciente, llegando en algunos países a representar el 50% para algunos productos como el vino y aceite.
  • Es un envase ligero, resistente, higiénico, ecológico, económico y fácil de almacenar, presentado en múltiples formatos y es idóneo para el envasado, el transporte, el almacenamiento y la conservación de la gran mayoría de productos líquidos. (refrescos, agua mineral, vinagre, sangría, bebidas alcohólicas, cerveza, leche fresca y sus derivados, mix de helados, concentrados, jarabes, siropes, zumos, huevo líquido, aceite y el vino).

SOLO FALTA QUE TÚ DECIDAS QUE MUNDO QUIERES. EL CAMBIO COMIENZA EN UNO.


REFERENCIA: 
Estudio sobre la introducción del Sistema de Envasado Bag in Box al mercado Español. 

UNIVERSITAT POLITÉCNICA DE VALENCIA 
Escuela Técnica Superior de Ingeniería del Diseño
Máster Universitario en Ingeniería del Diseño Curso 2016/2017 

TRABAJO FIN DE MÁSTER
Presentado por: Maria Goñi Romero 
Dirigido por: Dr. Gabriel Songel González

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